Obesidad infantil: prevalencia y complicaciones

La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. El problema es mundial y está afectando progresivamente a muchos países de bajos y medianos ingresos, sobre todo en el medio urbano. La prevalencia ha aumentado a un ritmo alarmante. Se calcula que en 2016, más de 41 millones de niños menores de cinco años en todo el mundo tenían sobrepeso o eran obesos.

 

Hay varios factores a tener en cuenta. No hay duda de que la genética tiene una gran influencia en la predisposición a la obesidad; sin embargo, por sí sola no explicaría el fuerte incremento de la obesidad infantil observado en los últimos años. Vuelve a cuestionarse la clásica ecuación del equilibrio energético. ¿Hay una relación entre la cantidad de calorías que ingiere el niño y su grado de  actividad física?  La obesidad, es la consecuencia de un desequilibrio entre las calorías que se ingieren y las que se gastan. Los cambios sociales ocurridos en los últimos tiempos influyen directamente en  la forma en que los niños se alimentan, hacen ejercicio y juegan, el nivel de sedentarismo ha aumentado de forma alarmante. Sólo un porcentaje reducido de los casos de obesidad infantil puede atribuirse a trastornos de tipo endocrinológico o a otros problemas físicos.

 

Históricamente se ha considerado al niño gordo como un niño sano. Ahora se sabe que existen problemas inmediatos y futuros asociados con la obesidad infantil (Tabla 1).

Tabla 1: Posibles complicaciones de la obesidad infantil

Problemas físicos precoces

Diabetes de tipo II, pubertad precoz, apnea del sueño, trastornos hepáticos, hipertensión, desarreglos de los lípidos en sangre (triglicéridos y colesterol), alteraciones arteriales, cálculos biliares y pies planos.

Problemas psicológicos precoces

Imagen negativa de uno mismo, baja autoestima y estigma social

Mayor riesgo de obesidad adulta con los problemas físicos, sociales y psicológicos que conlleva

Aparición precoz de trastornos cardiovasculares y síndrome metabólico.

Referencia: Ebbeling et al., Lancet 2002.

 

 

Por todos estos motivos, detener el aumento de la incidencia del sobrepeso infantil constituye una de las prioridades en el ámbito de la salud pública y  resultaría mucho más eficaz prevenir esta condición, que luchar contra ella.

 

En este campo, tanto los padres como los educadores y la sociedad en general, tienen un papel fundamental para el futuro  de este colectivo.

 

Referencias

 

 

 

 

  • Livingstone MBE. 2000. Epidemiology of childhood obesity in Europe. European Journal of Pediatrics 159 (Suppl. 1): s14-s34.

 

  • Reilly JJ, Dorosty AR, Emmett PM. 1999. Prevalence of overweight and obesity in British children: cohort study British Medical Journal. 319: 1039.

 

  • Ebbeling CB, Pawlak DB, Ludwig DS (2002). Childhood obesity: public-health crisis, common sense cure. Lancet, 360: 473-82.

 

  • Fruhbeck G. 2000. Childhood obesity: time for action, not complacency. British Medical Journal 320: 328-329.